UCS, 17 de noviembre del 2020. “Abordaje de personas menores de edad víctimas de delitos sexuales y de delitos en general, y testigos menores de edad de asuntos relacionados con la violencia penalizada y otros delitos”. Así se denominó la charla virtual impartida el pasado 12 de noviembre.
En la acción formativa se trató el abordaje social a personas menores de edad víctimas y testigos de diferentes delitos, servicios que brinda el Programa de Atención a la Violencia Infanto Juvenil. También se desarrolló el cómo evaluar las lesiones psíquicas y las secuelas emocionales en las víctimas de delitos y las directrices para reducir la revictimización de las personas menores de edad en procesos penales.
Roxana Mesén Fonseca, del Departamento de Trabajo Social y Psicología del Poder Judicial y facilitadora de la acción formativa, manifestó que, en relación con las condiciones básicas que se deben tener presente en la atención y valoración de las personas menores de edad, se debe intervenir desde un enfoque centrado en la persona menor de edad, en sus particularidades y condiciones sociales. Además, señaló que el abuso es una manifestación de poder, como consecuencia de una relación desigual, y que generalmente existe una tendencia a comprenderlo desde una visión adulto centrista.
Alexander Araya Tijerino, psicólogo del mismo departamento y otro de los facilitadores, indicó que, cuando se habla de las personas víctimas de delitos sexuales, es oportuno validar que se trata de delitos violentos, de sucesos negativos, vividos de forma brusca por cada persona.
Según el profesional, en la evaluación del daño psicológico se habla de lesiones psíquicas, como daños agudos que pueden permanecer de este modo, o bien, evolucionar a una estabilidad funcional, sin embargo, hay otro tipo que se trata del diagnóstico de secuelas emocionales haciendo referencia a un daño crónico, estable y que persigue las secuelas en el ámbito cognitivo, conductual y emocional.