Daniel Quesada A.
01 de diciembre del 2020. Pese a la evidencia científica que señala las graves consecuencias del castigo físico en el desarrollo de los niños y las niñas, este se sigue presentando en la crianza de muchas personas menores de edad.
Así lo reconoció Debby Garay Boza,fiscala coordinadora de la Fiscalía de Atención de Hechos de Violencia en perjuicio de Niñas, Niños y Adolescentes (FANNA), quien participó en el programa del Ministerio Público, FrecuenciaMP.
La experta recordó que entre el 2014 y el 2019 los delitos contra población infantil se triplicaron, lo cual, apuntó, “quiere decir que se está denunciando la violencia, pero también es importante señalar que hay múltiples hechos de violencia que no se conocen y no se denuncian”.
Solo durante los primeros nueve meses del 2020 se registraron 67 casos por delitos contra la vida en perjuicio de la niñez; una alerta de la incidencia de este tipo de hechos y sus consecuencias en una población vulnerable.
“Es importante generar la conciencia de que la agresión física puede derivar en patrones de violencia muy severos, que se transforman en ciclos constantes”, destacó Garay.
Cambios radicales. La fiscala considera que una de las claves para revertir estos altos índices de maltratos contra la niñez se encuentra en reconocer las distintas manifestaciones de la violencia, entre estas la de tipo físico, la psicológica y la sexual.
“Existe un tipo grave de violencia que es la negligencia; por ejemplo, el no brindar a las personas menores de edad las condiciones adecuadas y mínimas de salud, de educación y de higiene, porque esto puede derivar también en muertes”, explicó.
En el espacio radiofónico, que se transmite todos los lunes a las 9:00 a.m., Garay llamó la atención acerca de que la violencia y el castigo físico siguen vigentes debido a patrones sociales heredados.
“La solución gira en torno a la educación de las personas adultas, a renunciar a esas formas de crianza aprendidas y, en cambio, generar mecanismos de prevención que nos involucren como personas ciudadanas responsables, que, al mismo tiempo, cuenten con medios adecuados para la denuncia”, afirmó.
La fiscala indicó que este último punto es el que toda la población tiene a la mano y, por consiguiente, debe aprovecharse, puesto que la denuncia a tiempo permite detener las agresiones contra niños, niñas y adolescentes.
“Alertar de estos hechos es un acto de humanidad, pues las víctimas menores de edad son las más vulnerables; la sola sospecha de una agresión debe denunciarse de manera inmediata, no se debe esperar, puesto que las consecuencias de retardar una denuncia pueden ser fatales para la víctima”, dijo.
Garay recalcó que parte del trabajo que realiza la FANNA se enfoca en acercarse a instituciones como el Ministerio de Educación Pública, el Patronato Nacional de la Infancia y el Ministerio de Seguridad Pública, entre otras, para generar en las personas funcionarias la conciencia de que denunciar cualquier hecho de violencia infantil es una obligación.
Asimismo, con esta coordinación interinstitucional, se busca propiciar un abordaje integral de los fenómenos delictivos que involucran a personas menores de edad como víctimas.
Usted puede escuchar el audio completo de FrecuenciaMP en este enlace; además, en el sitio web puede encontrar todos las ediciones anteriores.