Daniel Quesada Artavia
21 de abril del 2021. Entre las nuevas realidades adoptadas como consecuencia de la pandemia, el ámbito de la educación y el acceso de las personas menores de edad a las herramientas tecnológicas requiere especial atención, puesto que, detrás de estas, se podrían esconder riesgos.
Por ello, este lunes, en el programa del Ministerio Público, FrecuenciaMP, el criminólogo de la Oficina de Atención y Protección a la Víctima del Delito, Christian Quesada Marín, ofreció recomendaciones prácticas para un uso seguro de la tecnología por parte de niñas, niños y adolescentes.
El experto destacó que el primer paso es que las personas adultas conozcan las aplicaciones y aparatos a los que tienen acceso sus hijos e hijas y, como segundo paso, “sentarse a hablar con ellos y explicarles que también hay consecuencias, no todo es positivo, especialmente en cuanto a la difusión de videos, fotografías de terceros o violación de datos personales”, dijo.
Las situaciones enumeradas por Quesada corresponden también a escenarios en los que, de forma inocente y sin percatarse, una persona menor de edad podría cometer un delito, al hacer uso de plataformas de mensajería y redes sociales, como WhatsApp, por ejemplo.
“Los delincuentes se aprovechan de algunas redes en las que son más difíciles de detectar, con grupos privados en los que llega a circular información sensible y al ver que el grupo crece toman ventaja para extorsionar y solicitar datos delicados”, explicó.
Prevención y acuerdos. El criminólogo recomienda evitar ese tipo de situaciones por medio de la prevención, para lo cual, afirmó, es necesario “poner reglas” y llegar a acuerdos con los hijos e hijas, estableciendo horarios y períodos de uso de los dispositivos, que su disfrute sea una forma de recompensa y configurando el control parental de celulares y aparatos electrónicos.
También, agregó, lo aconsejable es que las personas menores de edad no tengan cuentas en redes sociales; sin embargo, en caso de que sea imposible cumplir esto, se recomienda respetar las edades mínimas establecidas para acceder a estas; por ejemplo, 13 años para Snapchat y Twitter, 14 años en el caso de Facebook e Instagram y 16 años para WhatsApp y YouTube; estos parámetros fueron definidos por las propias empresas desarrolladoras.
“A una edad menor a la establecida no hay una madurez para poder tomar ciertas decisiones, para discernir entre qué me afecta y qué no e identificar las influencias negativas de cierto grupo que quiere aprovecharse de las poblaciones vulnerables; los menores pueden caer en frustraciones, según la dinámica de la red a la que están ingresando, además de exponerse a modas que atentan contra la vida”, detalló el funcionario.
Por otra parte, aunado a las comprobadas bondades de las clases virtuales, Quesada recomendó estar vigilantes de que las niñas, niños y adolescentes ingresen y se concentren en las lecciones, limitar el uso de celulares, videojuegos u otras distracciones y desactivar notificaciones visuales y sonoras de aplicaciones que no tengan relación con la clase.
Como consejos adicionales, el experto llamó a revisar aplicaciones que puedan estar compartiendo la ubicación en tiempo real de los menores, evitar el uso de redes inalámbricas públicas para acceder a correo electrónico, redes sociales o plataformas bancarias y estar pendientes del historial de búsqueda de niñas y niños en navegadores.
Usted puede escuchar la edición completa de FrecuenciaMP, en este enlace.