Daniel Quesada Artavia
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17 de mayo del 2021. Desde el 2018, el país cuenta con la Ley de Justicia Restaurativa, una modalidad para resolver el conflicto generado a partir de la comisión de un delito de manera integral y con la participación activa de la persona afectada, de quien cometió el ilícito, denominada persona ofensora, y de la sociedad.
Tal como explicó el fiscal especialista en esta materia, Teodoro Bermúdez Valencia en el programa FrecuenciaMP, “lo que se busca es la reparación del daño a la víctima, en segundo lugar la responsabilidad activa de la persona ofensora y la reinserción social de ambas partes”.
El funcionario agregó que esta opción aplica en delitos menores, cuyas penas máximas no superen los tres años de prisión; entre estos se encuentra, por ejemplo, conducción temeraria, uso de documento falso, amenazas agravadas, hurtos y lesiones culposas, entre otros.
Esta alternativa, apuntó el fiscal, puede ser solicitada por cualquier parte del proceso, ya se la víctima, la persona ofensora, su defensa, el Ministerio Público o las distintas policías del país.
Eso sí, Bermúdez recalcó que recurrir a la Justicia Restaurativa es una elección voluntaria y deber haber consentimiento tanto de quién cometió el delito como de quien resultó afectado.
“La persona ofensora debe hacer un reconocimiento del hecho, aceptar que causó un daño con su actuar, y mostrar un arrepentimiento, además de comprometerse a reparar las consecuencias que causó, tanto a la víctima como a la sociedad”, apuntó.
Tras superar un proceso de admisibilidad en el que participan activamente ambas partes, el procedimiento a seguir implica la relación de lo que se denomina una reunión restaurativa en la que, además de estas personas, toman parte la defensa de la persona ofensora, una fiscala o fiscal, una jueza o juez que tiene el rol de facilitador y el equipo de Trabajo Social y Psicología; además, en algunos casos asiste la comunidad, representada por algún grupo o asociación.
Justicia humana. La solución del conflicto se consigue mediante un plan reparador, que debe contar con la aprobación de la víctima y, según relató Bermúdez, puede ir desde trabajo comunitario, una donación, ofrecer disculpas o someterse a tratamiento, cuando el delito está ligado a una situación de consumo de drogas.
Durante el programa, un hombre a quien reservamos su identidad y solo identificaremos como Mario, por motivos de privacidad, relató su experiencia luego de que, tras cometer un delito, se enfrentó a un proceso penal que se solventó mediante Justicia Restaurativa.
“Mi situación fue por conducción temeraria, estaba en mi casa y me tomé unas cervezas, por una situación de emergencia tuve que salir de la casa, no fue que andaba de discoteca en discoteca, y producto de eso se dio mi detención”, detalló.
Mario reconoció que cometió un error y que su conducta significó la comisión de un delito, por lo que llamó la atención de la ciudadanía para que su caso sirva de ejemplo.
Luego de tramitar su caso mediante esta modalidad, Mario cumplió un plan reparador que incluyó trabajo comunitario, ofreciendo talleres acerca de temas en los que tiene conocimiento, y una donación económica; esta solución, afirma, cambió su visión del sistema de justicia costarricense.
“El equipo interdisciplinario de esta área tiene personas muy humanas. Es una gran alternativa porque te analizan desde otro punto de vista, te devuelven un poco la dignidad, te hacen ver que, claramente, cometiste un error, pero se analizan las causas que llevaron a eso y, en mi caso, eso hizo que el proceso fuera mejor”, subrayó.
La edición completa de FrecuenciaMP está disponible en este enlace. Además, si usted desea conocer más acerca de Justicia Restaurativa, puede hacerlo ingresando a esta dirección.